Muy pocos eran los que esperaban que la cumbre de los 16 países productores de petróleo, celebrada en Doha, se cerrara con acuerdo y ello es mala noticia para los que se beneficiarían de una subida del precio del barril que son legión y buena para los cientos de millones de consumidores que verán cómo los precios del crudo y sus derivados se mantienen en niveles asequibles, aunque ello ha demostrado que no ayuda a la inflación y a animar la economía.
La falta de acuerdo de Doha, que vuelve a poner de manifiesto la falta de cohesión que hay dentro del seno de la OPEP, ha tenido dos responsables: Irán y Arabia Saudí y no había que ser un adivino para interpretar que la subida del crudo de las dos semanas previas a la cumbre reflejaba un escenario por el cual el mercado descontaba que la producción se congelaba.
El primero porque, tras el levantamiento de las sanciones de la ONU en enero de 2016, mantiene su objetivo de incrementar su producción en un millón de barriles/día antes de fin de año y ello no ayuda al proceso de congelar la producción en el que está empeñado Arabia Saudí. Así que, habrá que esperar a la próxima reunión de la OPEP el 2 de junio en Viena, para ver si cambian las estrategias y se llega a acuerdos.
El mercado mundial pone de relieve que la demanda crece lentamente ( 0,3% en lo que va de año) y a un ritmo inferior al registrado por la oferta ( 0,6%) y son muchos los acontecimientos que señalan que las cosas tienden a moverse poco o muy poco.
Significativa es la firma, por parte de India, de un acuerdo por el cual comprará a Irán 400.000 barriles/día de forma gradual, iniciando las adquisiciones a partir del 1 de abril, lo que asegura que Irán alcanzará su objetivo del millón de barriles/día.
Por otro lado, se comprueba que los conocidos como traders del crudo están con exceso de petróleo y gasolinas, lo que les ha obligado a almacenar los excedentes en petroleros en las costas asiáticas.
Por último y a modo de ejemplo, las exportaciones de crudo de Venezuela a EE.UU. en marzo se redujeron un 7% hasta 793.581 barriles/dia, lo que implica que Maduro estaría canalizando esa producción excedentaria al mercado internacional acentuando el exceso de oferta.