La crisis inmobiliaria a punto de pasar a formar parte de la historia
Artículos, 25 de junio de 2016
Ocho años después de que oficialmente estallara la burbuja inmobiliaria, todos los datos existentes señalan que la crisis del sector puede darse por enterrada, aunque todavía existen flecos y alguna herencia, como la de la morosidad bancaria, para certificar definitivamente el olvido de un tremebundo problema que ha mantenido en jaque al sistema económico durante demasiado tiempo.
Los datos oficiales ponen de manifiesto que la actividad inmobiliaria ha vuelto a renacer en cuanto lo han hecho el empleo y el crédito hipotecario y ello lo certifica el hecho de que los precios de las viviendas subieron durante el primer trimestre de 2016 un 6,3%, dos puntos más que en el cuatro trimestre del pasado año.
En cualquier caso, los niveles de los precios de las casas son en la actualidad un 29% por debajo de sus máximos, lo que permite alejar cualquier tipo de preocupación sobre un posible retorno de la burbuja que tanto daño ha hecho a este país.
Aunque el mercado inmobiliario está lejos de las cifras récord alcanzadas en los mejores años del boom, algo que parece imposible que se vuelva a repetir, el aumento de los precios de las viviendas de nueva construcción ha venido acompañado por un incremento de las ventas de vivienda durante el mes de abril del 29% hasta superar la cifra de 35.000 casas, la mitad que cuando el mercado estaba en su apogeo en que se superaron las 75.000 unidades.
Para llegar a la situación actual se han necesitado dos años, desde que en el primer trimestre de 2014 el precio de la vivienda libre volviera a tasas positivas, con un repunte anual del 1,8%.
Aunque las incertidumbres cotizan en la economía, los expertos consideran que, especialmente en comunidades como Madrid o Cataluña y zonas turísticas por excelencia, parece razonable que tanto precios como ventas suban de forma más acelerada en el futuro, si no se invierte el actual ciclo de recuperación.
En esa dirección apuntan estudios como los del profesor del IESE, Suárez y los de la consultora CBRE.
En el primer caso, el informe concluye que España va a necesitar construir cerca de 100.000 viviendas anuales hasta 2020. A partir de ese año y hasta 2025 la demanda se estabilizará en 140.000 casas, previsión muy alejada de las casi 800.000 casas que se llegaron a construir en 2005. En el caso de la consultora, el estudio concluye que a finales de año la sombra del stock de viviendas (mercado residencial) construidas en España sin vender habrá desaparecido y que la demanda potencial de vivienda nueva en España rondará las 180.000 unidades por año en el periodo comprendido entre 2016 y 2025, año este último en el que el precio corriente de la vivienda libre será de 2.046 euros el metro cuadrado y de 2.212 euros por metro cuadrado en 2027, año en el que se superarán los precios alcanzados en 2007.