Los últimos indicadores sobre la economía china sugieren una estabilización en su crecimiento y reducen la preocupación por un aterrizaje forzoso, temido por las importantes implicaciones que tendría en la economía mundial.
Los datos sobre la confianza económica mejoran sensiblemente, como el PMI Caixin compuesto de servicios y manufacturas con 51,3 puntos en marzo (49,4 anterior) que fue el más alto en 11 meses consecutivos, y el simple de manufacturas con 49,7 marzo (48 anterior), el primer incremento en 12 meses.
En ese contexto hay que situar la expansión del 6,7%, de la economía china durante el primer trimestre del año, una décima menos en comparación con los últimos tres meses de 2015, aunque la segunda economía más grande del mundo mostrara ciertas señales de estabilización, especialmente durante el mes de marzo, gracias a las vastas medidas de estímulo aprobadas por las autoridades.
Por lo que respecta a la balanza comercial, ésta arroja un saldo de 29.860 millones de dólares frente a los 34.950 millones estimados, lo que es fruto de unas exportaciones que aumentan 11,5% y de unas importaciones que caen -7,6%. Buenos datos ya que reflejan una notable recuperación de las exportaciones, que crecen a la tasa más alta del último año, y una contracción más suave de las importaciones, lo que podría ser evidencia de cierta estabilización en la economía china.
En igual medida, las reservas de divisas extranjeras de China aumentaron levemente en marzo hasta 3,21 billones de dólares, superando los 3,2 billones de dólares de febrero, lo que supone el primer incremento desde noviembre. Tras cuatro meses en caídas consecutivas, las reservas aumentaron en 10.280 millones de dólares en marzo, desde los 3,2 billones de febrero.
El aumento de las reservas es un dato significativo de que el mercado está más estable gracias a que ha mejorado la percepción de los inversores, más aun teniendo en cuenta que se produce en un mes (marzo) estacionalmente desfavorable para el superávit comercial (lo implica que el aumento de reservas oficiales podría ser compatible con un freno en las salidas de flujos financieros de corto plazo). Además, la apreciación de la moneda (1,5% en marzo) indica que el gobierno ha amortiguado la presión del mercado hacia la apreciación del renmimbi, confiriendo una mayor confianza en el compromiso de las autoridades chinas por mantener estable la moneda. Además de los factores internos que antes hemos citado, también las actas de la Fed han podido contribuir a contener las salidas de capital desde China.
La primera lectura de los analistas de referencia apunta a un mayor dinamismo de la actividad, como consecuencia del aumento del crédito y el repunte de la demanda externa, mientras que en el ámbito nacional, es el mercado inmobiliario el que está mostrando un auge, debido a los estímulos que el gobierno está aplicando.
Los estímulos monetarios y fiscales, prudentes pero moderadamente expansivos del gobierno, están orientados a conseguir los objetivos políticos de crecimiento a corto plazo y de mantenimiento del tipo de cambio estable. Esto sólo supone un nuevo ritmo, más lento, de enfrentarse a las reformas, de reequilibrar los sectores productivos, de eliminar las empresas en los sectores con exceso de capacidad evitando el desempleo masivo, y de reducir la sobreoferta de vivienda. Los objetivos políticos lo primero.
La mejora en el primer trimestre de la actividad está restableciendo el optimismo empresarial (otras encuestas de condiciones empresariales muestran la misma tendencia positiva), lo que parece estar deteniendo la salida de capitales del país a tenor de las reservas de divisas de marzo y la reciente apreciación del renmimbi o yuan.