
Europa a la espera de Alemania para dilucidar su futuro: ¿qué hará Friedrich Merz?
GEOPO, nuevos análisis sobre temas de geopolítica internacional, 04 de marzo de 2025
El líder conservador Friedrich Merz necesitará socios para formar gobierno en Alemania. Su bloque, la CDU/CSU, ganó las elecciones generales del domingo 23 de febrero con el 28,6% de los votos, según cifras oficiales, mientras que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) quedó en segundo lugar con el 20,8%. El Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller saliente Olaf Scholz obtuvo alrededor del 16,4% en las elecciones, mientras que el socio de coalición, los Verdes, obtuvo alrededor del 11,6% de los votos. La izquierda (Die Linke) alcanzó alrededor del 8,8%, frente al 4,9% en 2012. Los liberales quedaron sin representación.
Dado que Merz anunció su rotunda negativa a formar gobierno con la AfD, la única alianza verosímil apunta al entendimiento con los socialdemócratas, lo que implicaría una afirmación de la posición centrista del nuevo gobierno aunque más inclinado hacia la derecha. Para lograrlo, en el proceso negociador deberá salvar escollos en temas importantes como la inmigración, que ha estado en el centro de la campaña electoral y en el que precisa tender puentes con otras fuerzas moderadas.
Merz tampoco se puede permitir altanerías: el resultado no fue motivo de celebración desenfrenada ya que no cumplió con las expectativas. Se había propuesto superar el 30%. En noviembre, cuando colapsó la coalición de gobierno, la CDU estaba en un 35% en las encuestas. Ahora ha obtenido su segundo peor resultado desde 1949.
En el nuevo Bundestag, que deberá reunirse a más tardar 30 días después de la elección, los partidos moderados ya no contarán con la mayoría de dos tercios necesaria para decisiones clave. A partir de este momento, partidos en los extremos del espectro, como La Izquierda y la AfD, podrán bloquear ciertas resoluciones.
Las tensiones políticas y sociales han fragmentado la representación parlamentaria y la extrema derecha y la extrema izquierda atraen a los votantes descontentos que sienten apatía por los partidos tradicionales. El sistema de posguerra fue pensado para mantener a los extremistas lejos de la cancillería alemana y la tensión que se vive en el Bundestag ha desencadenado viejos patrones que generan preocupación dentro y fuera del país.
Grandes retos internos y externos
Merz encara el futuro inmediato de Alemania con grandes retos internos y externos. Entre los primeros, recuperar la economía; entre los segundos, el apoyo a Ucrania, los compromisos de defensa de Europa o las relaciones transatlánticas.
El país germano sufre una severa crisis desde 2019 –que llegó incluso a caídas del PIB en 2023 y 2024–, el grave retroceso de los ingresos per cápita y más de 14 millones de personas –cerca de 17% de la población– en situación de pobreza. Ello alimenta el convencimiento de que Alemania se encuentra en una crisis multidimensional y no hay indicios claros de que el remplazo de un gobierno liderado por una u otra fuerza sea suficiente para resolverla.
En virtud del peso específico del país, la crisis del modelo socioeconómico alemán derrama sus efectos de modo inevitable sobre el futuro europeo. Esas mismas aguas revueltas, expresadas en términos de crisis de seguridad, amenazan también con poner término al modelo político establecido en el país en los últimos 80 años, planteando al nuevo canciller una muy importante y compleja tarea, agravada, además, por el liderazgo extorsivo de Trump que plantea un auténtico resideño del mapa mundial con poca tendencia a debatirlo con los líderes europeos.
Ucrania y el futuro de la alianza transatlántica
En el orden exterior, el auge de la ultraderecha de AfD impulsada desde Washington con el abierto apoyo de Elon Musk, ahora transmutado en su principal promotor internacional, se antoja un frente de conflicto con Washington, con quien se han complicado las relaciones desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
En relación a Ucrania, el mandatario estadounidense se ha alejado del rumbo común con Europa. Washington está negociando un posible fin de la guerra con Moscú sin la presencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y negando la mayor respecto a la presencia europea. Pese a algunas buenas vibraciones en el reciente viaje a la Casa Blanca del presidente galo Macron, con quien Merz habló por teléfono durante la noche electoral, no está del todo claro el rumbo que puedan seguir los acontecimientos. Alemania es el mayor apoyo de Kiev, tras Estados Unidos.
Merz asegura estar convencido de que EEUU pasó página de Europa, cuyo destino le es indiferente ante la prioridad que representa el Indo-Pacífico. Por tanto, no queda otra a los europeos que fortalecer Europa cuanto antes como vía para establecer una autonomía real de la política continental. Merz no plantea este enfoque como una disyuntiva que derive en una inevitable quiebra de la relación transatlántica, que desearía mantener si al otro lado del Atlántico se suscribe ese interés como una preocupación común.
El papel de Alemania en Europa es insustituible. Su liderazgo es un requisito indispensable para una unidad política labrada de forma compartida. Hoy ello se refleja, en lo fundamental, en la actitud hacia Ucrania. Merz aboga por alentar las negociaciones para poner fin a la guerra, pero contando con la aprobación de los ucranianos y de los europeos. Alemania ha dejado claro que seguirá apoyando a Ucrania con armas. Merz considera crucial que Europa adopte una postura común.
Sea como fuere, una cosa está clara: Alemania -y Europa- debe aumentar significativamente en los próximos años el presupuesto de defensa. Ya en 2028 se necesitarán 80.000 millones de euros para su ejército si quiere seguir cumpliendo con sus obligaciones en la OTAN. Todos los aliados deben gastar al menos el 2% de su producto interno bruto en defensa. Si el presupuesto se mantiene en su nivel actual, no será posible.
SOBRE EL INSTITUTO COORDENADAS DE GOBERNANZA Y ECONOMIA APLICADA
Institución de pensamiento e investigación de la interacción entre gobernanza y economía aplicada para avanzar en constructivo y en decisivo sobre el trinomio: bienestar social, progreso económico y sostenibilidad ambiental; en pleno entorno evolutivo sin precedentes desde finales del Siglo XVIII y principios del XIX con la revolución industrial. Fiel a sus principios fundacionales de independencia, apartidismo y pluralidad, el Instituto lidera proactivamente la fusión entre la esencia y la innovación de la liberalización económica, como mejor modelo de afrontar los retos presentes y futuros de país, de Europa y del mundo.
NOTA DE INTERÉS: La información de este comunicado de prensa es un resumen de interés público proveniente de trabajos de análisis e investigación; de grupos y sesiones de trabajo de expertos y/o producción de artículos científicos del Instituto Coordenadas para la Gobernanza y la Economía Aplicada. Los papeles de trabajo y documentos originales y completos son de uso interno y de titularidad exclusiva del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.
Esto exigirá un nuevo enfoque de la disciplina presupuestaria pues para financiar este refuerzo, tendrá que optar por abandonar el estricto límite de endeudamiento o por establecer un "fondo especial" de varios miles de millones de euros. Merz ahora evalúa impulsar estas medidas en el Bundestag actual, antes de que el nuevo Parlamento se constituya y se haga más difícil su aprobación. Para ello, planea negociar con el SPD, los Verdes y los liberales del FDP.