
África y Asia-Pacífico se descuelgan de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
GEOPO, nuevos análisis sobre temas de geopolítica internacional, 25 de marzo de 2025
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por los líderes mundiales en 2015, centrados en poner fin a la pobreza extrema y el hambre, garantizar el acceso al agua potable y al saneamiento y proporcionar una educación universal de calidad para 2030, están muy lejos de bien encaminados en amplias regiones del planeta. Asimismo, en el desarrollo de energía asequible y no contaminante, acción frente al cambio climático, y protección de la vida submarina y de los ecosistemas terrestres, los retrocesos son apreciables.
Y el futuro inmediato se plantea aun más incierto a la vista del anuncio de la nueva Administración de EEUU de reconsiderar el monto y los mecanismos de su política de ayuda al desarrollo, ciertamente crucial para muchas comunidades y países en dificultades.
Asia-Pacífico en entredicho por los indicadores ambientales
La región de Asia y el Pacífico proyecta un retraso hasta 2062 para alcanzar los ODS inicialmente previstos para 2030, según un informe reciente de la Comisión Económica y Social para esta región de las Naciones Unidas (CESPAP). La razón es el palmario progreso desigual e inadecuado en toda la zona.
En el conjunto de los 58 Estados y territorios cubiertos por la CESPAP (se excluyen las naciones árabes, al suroeste del continente), y a la vista del rezago de 32 años “se requieren esfuerzos adicionales en todos los ámbitos, incluidas las mujeres, las niñas, las poblaciones rurales y los pobres urbanos, que siguen excluidos de las oportunidades de educación y empleo”, dice el informe.
Entre las causas de esta evolución cabría citar múltiples factores: los aumentos en los subsidios a los combustibles fósiles, el bajo nivel de competencia en lectura y matemáticas de los estudiantes y los patrones de producción insostenibles, las tendencias negativas en los indicadores ambientales. Asimismo, los beneficios económicos de la pesca sostenible y el grado de degradación de la tierra dificultan el progreso en la vida submarina y la vida en la tierra. La alarmante regresión en la acción climática se ha visto impulsada por la vulnerabilidad de la región a los desastres y las continuas emisiones de gases de efecto invernadero, que representan la mitad de esa contaminación a nivel mundial.
Los avances notables en la industria, la innovación y la infraestructura y en la buena salud y el bienestar impulsados por un mayor acceso a las redes móviles y mejoras notables en la salud materna e infantil, no compensan los retrocesos en aquellos órdenes. Entre las 117 metas con datos suficientes, solo 16 están en camino de ser alcanzadas para 2030 y 18 muestran una tendencia negativa que necesita una reversión urgente. La mayoría de esas 18 metas están relacionadas con desafíos relacionados con el clima y el riesgo de desastres. No obstante, deben destacarse los progresos en reducción de la pobreza medida por nivel de ingresos y de la prevalencia de la desnutrición.
El informe advierte que los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo de la región requieren una atención especial para alcanzar los objetivos Son las personas que viven en zonas rurales las que enfrentan desventajas más pronunciadas, como un acceso limitado al agua potable y a instalaciones sanitarias básicas. En general, las zonas urbanas exhiben mejores condiciones.
Una África que no arranca
Casi una de cada 11 personas en el mundo y una de cada cinco en África pasan hambre todos los días, una crisis impulsada principalmente por la desigualdad crónica, el cambio climático, los conflictos y la inestabilidad económica. Al ritmo actual, las tasas de hambre y pobreza extrema muestran pocos indicios de reducirse drásticamente para 2030 como se ha planteado hace más dos décadas.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) reclama alianzas globales, prioridades y financiamiento para el desarrollo. Para este organismo, un fondo mundial para la transformación de la agricultura, las economías rurales y los sistemas alimentarios, es muy importante seguir invirtiendo en la creación de comunidades rurales estables como base para la estabilidad global ante una incertidumbre y complejidad externa creciente. Al mismo tiempo, reclama una agricultura productiva que permita librarse del flagelo más inhumano, el hambre, apelando a una búsqueda colectiva de formas de catalizar inversiones.
A menudo denominado «el último eslabón», el FIDA considera que las zonas rurales son, en realidad, el primer eslabón, pues es en ellas donde los pequeños agricultores cultivan los alimentos que nutren al planeta. Para abordar la inseguridad alimentaria, el hambre, la desigualdad y la pobreza, es imprescindible tomar como referencia la población rural pues estos fenómenos se concentran en un 80% en las zonas rurales.
Con cuatro de cada cinco personas en pobreza extrema viviendo en áreas rurales de países del Sur en desarrollo, se requiere una acción renovada, un enfoque estratégico, pensamiento innovador e instrumentos financieros acordes con la creciente magnitud de los problemas globales.
En enero último, los líderes africanos adoptaron la Declaración de Kampala 2025, que establece la estrategia de sistemas agroalimentarios de la Unión Africana para los próximos 10 años. Esta declaración resulta crucial y oportuna ya que en 2024 más de 40 millones de personas en África occidental y central sufrieron inseguridad alimentaria. Nigeria, Camerún y Chad fueron los países más afectados, mientras que Malí, Sudán y Sudán del Sur enfrentaron una crisis alimentaria aguda de carácter catastrófico.
En las zonas rurales de los países en desarrollo vive casi la mitad de la población mundial. Sin embargo, los pequeños agricultores producen un tercio de los alimentos del mundo y 70 % de los alimentos consumidos en los países de ingresos bajos y medios. A pesar de su importancia estratégica, las zonas rurales sufren de una inversión crónicamente insuficiente.
La asistencia oficial para el desarrollo o el financiamiento público por sí solos nunca serán suficientes para abordar tan ingente tarea. Se requiere por ello generar condiciones que atraigan inversiones del sector privado y, a la par, desarrollar infraestructura clave que las faciliten de modo activo.
SOBRE EL INSTITUTO COORDENADAS DE GOBERNANZA Y ECONOMIA APLICADA
Institución de pensamiento e investigación de la interacción entre gobernanza y economía aplicada para avanzar en constructivo y en decisivo sobre el trinomio: bienestar social, progreso económico y sostenibilidad ambiental; en pleno entorno evolutivo sin precedentes desde finales del Siglo XVIII y principios del XIX con la revolución industrial. Fiel a sus principios fundacionales de independencia, apartidismo y pluralidad, el Instituto lidera proactivamente la fusión entre la esencia y la innovación de la liberalización económica, como mejor modelo de afrontar los retos presentes y futuros de país, de Europa y del mundo.
NOTA DE INTERÉS: La información de este comunicado de prensa es un resumen de interés público proveniente de trabajos de análisis e investigación; de grupos y sesiones de trabajo de expertos y/o producción de artículos científicos del Instituto Coordenadas para la Gobernanza y la Economía Aplicada. Los papeles de trabajo y documentos originales y completos son de uso interno y de titularidad exclusiva del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.