En este muy complejo mundo de la agricultura española en donde el rey es la PAC (Política Agraria Comunitaria) que anualmente reparte cerca 4.999 millones de euros a 880.000 agricultores, no hay nada que no se resuelva con dinero que para ello la cultura de la subvención se lleva en la sangre como contraprestación a un sector secularmente intervenido desde antes de que naciera Franco y en el que lo importante es fijar población al medio rural con independencia de que las explotaciones alcancen niveles de rentabilidad razonables.

Lo de la rentabilidad, el mercado y la competencia no va con el sector agrario, ni aquí ni en ningún país del mundo que se precie y sobre todo cuando las negociaciones