La situación del que fuera el más importante grupo periodístico español parece haber entrado en barrena y son muchos los analistas bursátiles los que se han apresurado a recomendar a sus accionistas la venta de sus acciones, a la vez que revisaban a la baja su precio objetivo.
Las nuevas estimaciones de buena parte de los analistas contemplan una caída del beneficio por acción (BPA) ciertamente considerable teniendo en cuenta que Prisa tiene patrimonio neto negativo por un valor aproximado de 500 millones de euros, con una deuda neta cercana a los 1.900 millones y serias dificultades para conseguir reducirla a corto plazo con la generación libre de fondos, lo que podría forzar a la compañía a ampliar capital, incorporando a un nuevo socio financiero, alternativa que se ha demostrado inviable tras el fracaso de la opción qatarí, lo que podría llevar a la compañía a una situación de bloqueo.
Los analistas más críticos ponen de manifiesto que las expectativas para la refinanciación del grupo durante los últimos meses, se han estado “deshinchando”, por lo que la probabilidad de recuperar la normalidad del grupo, en términos de solvencia, parece cada vez menor.
Una de las soluciones que le quedan al grupo Prisa apuntan a la venta de Santillana, aunque su elevada exposición a los países emergentes, especialmente latinoamericanos, en donde Prisa tiene concentrado su mercado, no hace especialmente recomendable la alternativa, además de que con dicha solución Prisa renunciaría a unos ingresos recurrentes en el futuro.
A 30 de septiembre, la acción de Prisa en la Bolsa de Madrid se situaba en 3,350 euros cuando seis meses antes llegó a colocarse en casi 10 euros (9,967). Al día de hoy, algún grupo financiero relevante ha establecido un nuevo precio objetivo para el valor y lo ha ubicado en el rango de 3,5/1,7 euros, modificando el anterior nivel que estaba situado en 8,8 euros.
Y todo ello se produce en medio de una cierta crisis institucional como consecuencia del nombramiento de Javier Lázaro como Director Financiero en sustitución de Fernando Martínez, quien ha decidido marcharse a Indra con su anterior CEO en Prisa, Abril Martorell, empresa de la que es actualmente presidente. Abril-Martorell cesó a mediados del pasado año como CEO de Prisa tras cerrar su última gran refinanciación.