Coincidiendo en el tiempo con la decisión del tribunal de Justicia de Cataluña de anular el concurso público para adjudicar la gestión de la empresa pública catalana Aigües Ter Llobregat (ATLL) por 50 años, valorado en unos 1.000 millones de euros de los cuales 300 millones ya han sido desembolsados y posiblemente gastados por la Generalitat, lo que supondría la pérdida de la concesión del consorcio formado por Acciona, BTG Pactual y Aigues de Catalunya, la compañía presidida por José Manuel Entrecanales realizaba una colocación acelerada de 768.184 acciones -1,34% del capital-, procedentes de su autocartera, lo que permitirá a la compañía, recientemente excluida del Ibex 35, realizar plusvalías ya que el título se ha revalorizado un 25% en lo que va de año y un 34% en 2014, según las cuentas realizadas por algún analista.
Dejando al margen la operación, este tipo de actuaciones permite a observadores y analistas centrar su atención en el devenir de compañías que como Acciona han experimentado una espectacular subida en Bolsa, tanto en 2014 como en lo que va de año, muy superior al alcanzado por el selectivo: 3,66% en 2014 y 10% en lo que va de 2015.
Acciona es una de los principales grupos empresariales españolas, especializado en la promoción y gestión de concesiones y en energías renovable que ha atravesado momentos muy críticos en los últimos años hasta el punto de no distribuir dividendo alguno a cuenta del ejercicio 2013, un hecho sin precedentes desde su constitución bajo su actual denominación en 1997.
El grupo empresarial ha sufrido, tanto o más que el resto de las empresas del sector, los cambios regulatorios en el sector de la energía en donde tenía una alta concentración de riesgo; la falta de inversiones en obra pública; una muy elevada deuda y la caída del consumo, lo que hacía a su presidente definir la situación como la tormenta perfecta o cisne negro “en alusión a la rareza estadística de que se produzca una concatenación de hechos negativos como la que hemos sufrido en los últimos años”. Vamos, que la compañía llegó a estar hecha unos zorros por continuar con el símil zoológico utilizado por Entrecanales, lo que generó ciertas tensiones familiares.
En ese poco atractivo horizonte, la compañía redujo inversión y beneficios, emitió bonos convertibles con el objetivo de abaratar el coste de su elevada deuda (7.373 millones y un apalancamiento financiero del 134% a 30 de septiembre), se sometió a una desinversión en activos en 2013 por valor de 370 millones de euros y buscó a quien ceder parte del capital de su división de energía.
El mercado, decidía premiar de forma sorprendentemente generosa y considerable la política de ajustes, máxime si se tiene en cuenta que Acciona tiene un free float de casi el 50 por ciento del capital. Y no solo eso, sino que algún magnánimo analista concede al valor bursátil un potencial de más de diez euros sobre su cotización actual (69,19€). A mediados de diciembre de 2013, la acción estaba por debajo de los 39 euros.
Hoy, tras sufrir pérdidas de 1.972 millones de euros en 2013, la compañía ha conseguido volver a los beneficios en 2014, con un resultado neto de 185 millones de euros.
Son los secretos de la bolsa y de sus siempre complejas reacciones, máxime cuando quedan lejos los tiempos en que el grupo obtenía notables rendimientos -655 millones de euros de ganancias en 2008-, y salía de Endesa en 2009 mediante la venta del 25% de sus acciones en la empresa por 8.200 millones de euros con lo que consiguió reducir a la mitad su deuda financiera y ganar 1.289 millones de euros, duplicando prácticamente sus beneficios.