Pese a que el sector asegurador había estimado que 2015 sería un año de crecimiento para el sector, ya que así lo avalaban los indicadores económicos y los resultados de 2014, que habían supuesto un “punto de inflexión” para una industria que apuntaba a una recuperación en “casi todos” los ramos y mostraba su “optimismo” al afirmar que lo peor de la crisis “ha pasado”, Mapfre, líder español del sector del seguro en España y primer grupo asegurador en América Latina, ha presentado unos resultados del tercer trimestre que no han dejado satisfecho a casi nadie y que ponen de manifiesto la cada vez menor capacidad que tiene de generar recursos.
Con unos beneficios después de impuestos (BDI) de 591 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 12,1% menos que en el mismo periodo del año anterior, Mapfre contabiliza en esos resultados un extraordinario de 154,5 millones de euros correspondiente a la finalización de contratos de distribución con Catalunya Caixa tras su adquisición por BBVA.
Los resultados presentados por la aseguradora no dejan de ser un termómetro de la gestión y la realidad económica de los países en donde está establecida. Por eso, los analistas no han dejado pasar por alto el hecho de que los números presentados son el resultado de que la Responsabilidad Civil de España continúa presentando una desfavorable comparativa; que en Autos sigue perdiendo asegurados, que Brasil deja de manifiesto su ralentización, y que EEUU continúa arrojando pérdidas a nivel técnico, lo que, en opinión de los analistas, dejaría las puertas abiertas a un potencial deterioro.
En definitiva, el bajo margen técnico de algunas actividades pone de relieve que el único impacto positivo de las cuentas procedería de los resultados financieros, apoyados, entre otros, en los elevados tipos de interés de Brasil, cercanos al 14%.
Los resultados de Mapfre vienen a suponer un impacto en la línea de flotación de los análisis y estimaciones elaborados para 2014 en donde se auguraba que, tanto en seguros de ahorro como en planes de pensiones, 2015 acarrearía buenos resultados, a la vez que apuntaban varios factores que ayudarían a conseguirlo como el ahorro a largo plazo, la puesta en marcha de una mayor transparencia anunciada por el Gobierno sobre la pensión de los mayores de 50 años, el esfuerzo del sector privado en planificación financiera, la reducción de comisiones en la industria de planes de pensiones y las mejores barreras de entrada al abrir la liquidez de los mismos a los diez años tras su contratación.
Las optimistas estimaciones de que en 2015 el sector asegurador estaría más cerca de las luces que de las sombras, tenían su razón de ser en el crecimiento de la economía española que había contagiado a la industria aseguradora y se apoyaban en las estadísticas de 2014, según las cuales los ingresos por la venta de pólizas ese años ascendieron a 55.343 millones de euros, un 0,84 % menos que el ejercicio precedente, cifra relevante, a pesar de su signo negativo, si se tiene en cuenta que en 2013 la caída sufrida fue del 3,27 por ciento. De esta cantidad, 30.544 millones de euros correspondieron al ramo de no vida que creció un 0,80 por ciento, después de tres años de caídas consecutivas; mientras que el ahorro gestionado en productos de seguros alcanzó los 164.197 millones de euros, un 1,58 por ciento más que en el ejercicio anterior.