La deuda de las administraciones públicas al finalizar septiembre alcanzó 1.062.472 millones de euros, lo que equivale al 99,4 % del PIB, siete décimas por encima del objetivo previsto para el conjunto del presente año 2015. Respecto a agosto, la subida fue de 11.875 millones de euros.
Según los últimos datos desagregados por administraciones, la proporción de la deuda pública respecto al PIB había bajado en todas las administraciones, excepto en las comunidades autónomas, donde había subido hasta el 23,2 % desde el 22,5% que suponía en el primer trimestre.
Mientras esto ocurría, el Tesoro Público colocaba 3.507 millones de euros en una nueva subasta de bonos y obligaciones y conseguía reducir a mínimos históricos el interés aplicado, hasta el punto de que el coste medio de la deuda del Estado, a cierre de octubre de 2015, se situaba en el 0,87 %, frente al 1,52 % de diciembre de 2014.
Aunque todo es una ficción y consecuencia del famoso compromiso/amenaza del presidente del BCE, Draghi -“haré lo que sea necesario para sostener el euro”-, que se ha traducido en el lanzamiento del programa de compra masiva de deuda (QE) y en la rebaja de la facilidad de depósito