Detrás de la estrategia de éxito de Alemania en la gestión de la COVID-19 hay un sistema sanitario de probada eficiencia

A estas alturas de la pandemia parece más que evidente que Alemania ha sabido gestionar y controlar los efectos del contagio muchos mejor que otros países con población similar, como es el caso de Italia, Francia o de España, esta con muchos menos habitantes. La comparación entre Alemania y España en la gestión de la COVID-19 muestra datos irrefutables. Alemania tiene un 30% menos de contagiados que España y el número de fallecidos por el coronavirus es cuatro veces inferior al que tenemos en nuestro país, pero a esta eficacia directa se vinculan también los resultados indirectos de su efecto en la sociedad y en la economía: Alemania sabe que afronta una caída precisa del PIB del4,8% mientras España desconoce hasta donde puede llegar y la mayoría de los economistas mas cualificados la acercan al 15% del PIB, una caída insondable

Hay un consenso generalizado entre los epidemiólogos al señalar que la urgencia con la que el gobierno alemán puso en marcha una campaña masiva de realización de test, liberando su realización en una red publica, mutualista y privada de laboratorios por todo el país para determinar desde el primer momento dónde estaban los contagiados y proceder a su aislamiento, ha sido una estrategia clave para conseguir hoy día el control de la pandemia. A estas alturas en España no hay estimaciones creíbles de la expansión de la pandemia, hay muy pocas pruebas de detección, y se camina, sin visibilidad, muy lentamente hacia la normalización.

Pero el éxito alemán no se debe exclusivamente en acertadas decisiones políticas para atajar la pandemia. Ha evidenciado la fortaleza y eficiencia de un modelo sanitario que ha sustentado toda la estrategia de combate del coronavirus aplicada por el gobierno alemán, con importantes recursos e inversiones previas, pero también con gran calidad en una gestión eficaz. Un modelo de colaboración público-privada e institucional que impulsa la eficiencia, el mejor resultado al menor coste posible, y una agilidad de gestión que ha convertido a todos los elementos del sistema sanitario, centros de salud, clínicas especializadas, laboratorios y grandes hospitales, en piezas de una maquinaria engrasada que ha funcionado de forma óptima desde el primer momento de la pandemia. Así lo recoge un análisis del Instituto Coordenadas que compara las diferentes formas de abordar la pandemia que han asumido los principales países europeos.

Aproximadamente el 70% de los centros sanitarios de Alemania están gestionados por compañías privadas, fundaciones, organizaciones mutuales benéficas o grupos religiosos y el 30% restante queda bajo gestión pública directa, señala el análisis del Instituto Coordenadas. Esta estructura incorpora un alto grado de elementos de gestión empresarial al manejo de los centros sanitarios, lo que les aporta altas dosis de flexibilidad para adaptarse a todo tipo de circunstancias. Un elemento determinante en situaciones como la actual pandemia.

Los hospitales alemanes, según señala el análisis del Instituto Coordenadas, tienen una mayor facilidad para utilizar economías de escala en el uso de sus recursos, lo que se manifiesta en una mayor capacidad de negociación con proveedores, sin impedimentos burocráticos y optimizando sus costes en las compras de material, pero con gran transparencia y compliance. La libertad operativa con la que han actuado las autoridades sanitarais españolas a la hora de comprar equipos médicos en esta pandemia amparados por el decreto de situación de alarma ha sido excepcional, ha resultado extremadamente ineficiente ya que un sistema nacional de salud que tiene como modelo el concurso, no tiene capacidad de gestión de la contratación directa y, además inunda ésta de opacidades y costes periféricos que exigirán una nada fácil explicación y aclaración post crisis COVID-19 en sede parlamentaria; pero es el modo operativo habitual de los centros sanitarios alemanes. Estos conocen perfectamente los mercados y van mucho más allá de dominar la simple técnica de convocar concursos de suministro. Han actuado en un medio habitual y lo han hecho no solo con eficacia y eficiencia, sino también con transparencia.

La organización de los centros sanitarios alemanes obedece en la mayoría de los casos a criterios habituales en la gestión corporativa, sin ataduras estatutarias contrarias a los valores de eficacia y transparencia, lo que facilita la reorganización de los servicios en cualquier momento y la disponibilidad del personal y material especializado. Otro elemento definitorio en la gestión de situaciones como la actual pandemia, resalta el análisis del Instituto Coordenadas.

En su momento, en torno al inicio de la década pasada, Alemania supo evolucionar de un modelo de gestión sanitario amenazado por la falta de recursos financieros que comprometía su viabilidad a otro de previsión financiado directamente mediante seguros públicos y privados que asegura su sostenibilidad.

Jesús Sánchez Lambás, Vicepresidente Ejecutivo del Instituto Coordenadas, señala que “para que una estrategia tenga éxito necesita una infraestructura que la sostenga y eso lo ha conseguido Alemania con una población grande y una vertebración territorial a la que nos asemejamos, gracias a su eficiente sistema sanitario, vital para controlar esta pandemia y permitir la subsistencia de la economía y de un modelo de sociedad libremente elegido. En España esta eficacia publico-privada solo se da en la Comunidad de Madrid, que ha dotado de sólidas infraestructuras y un modelo de gestión flexible que, con todo y a pesar de todo, ha dispuesto de un sistema de salud que ha hecho frente a una de las más devastadoras situaciones imaginables”.

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