La proximidad de la formación de un nuevo gobierno presumiblemente de izquierdas es un motivo más que suficiente y apetecible para que hayan emergido con toda su fuerza las evidentes diferencias entre el Ministerio de Economía de Luis de Guindos y el Banco de España de Fernando Restoy, subgobernador cercano al PSOE y que hasta el momento han estado arduamente controladas.
El campo de batalla elegido por Restoy fue la presentación de la Guía del Sistema Financiero Español elaborada por Analistas Financieros Internacionales (AFI), cuyo presidente Emilio Ontiveros también tiene una fuerte relación con el PSOE, en donde el subgobernador “reflexionó” sobre la necesidad de una reforma ambiciosa del sistema de supervisión en España, que diera más competencias al Banco de España, entre las que Restoy contemplaba las del sector de seguros, coto hasta ahora de la Dirección General del ramo adscrita al Ministerio de Economía y las del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), organismo autónomo adscrito al Ministerio de Economía.
La respuesta del Ministerio de Economía fue tremenda y exenta de formas diplomáticas y el encargado de hacerla pública fue el secretario de Estado de Economía, Fernández de Mesa, quien subrayó que la labor de estos años de Seguros había sido “muy positiva” y “acorde” con los estándares europeos. Y como corolario, recordó que el sector asegurador ha superado la crisis financiera internacional manteniendo un “alto grado” de solvencia y sin recurrir a dinero del contribuyente, “lo contrario a lo que ha sucedido en el sector bancario”.
Lo sorprendente de esta incruenta batalla es el posicionamiento de una banquera, la consejera delegada de Bankinter, Dancausa, que afirmaba poco después del rifirrafe que la opinión del subgobernador de reformar el sistema de supervisión español, con la intención de concentrarlo todo en dos organismos, tiene “bastante lógica” y considera que “debería llevarse a la práctica”.