En su última reunión, el BCE envió un mensaje bajista, afirmando que iba a ser necesario examinar el grado de acomodación de su política monetaria en diciembre. Desde entonces, la información procedente del entorno de la autoridad monetaria, confirma que se está preparando para aumentar la compra de activos con objeto de crear un exceso de reservas en el sistema bancario, en su reunión del 3 de diciembre. Es lo que se conoce como relajación de la política monetaria.
El BCE tiene en la inflación un claro mandato y tiene que utilizar todas las herramientas a su disposición para lograrlo. Draghi lo recordaba recientemente al afirmar que “deben de incrementar la inflación tan rápido como sea posible”.
Aunque desde la última reunión del BCE en octubre, no se ha producido en materia de inflación un deterioro significativo de la situación o de las perspectivas, la autoridad monetaria se muestra preocupada por la evolución de ésta, a la baja desde 2012 y que no termina de repuntar. Se mantienen, pues, las dudas de que la inflación vaya a retornar a su objetivo (2%) en un periodo de tiempo razonable, debido a la intensidad y la persistencia de los factores que frenan su incremento, y por los riesgos relacionados con la debilidad de los emergentes.
Argumentos no le faltan para justificar una nueva fase de política monetaria. La primera, sus previsiones de inflación, que después de haberse revisado a la baja de forma significativa en septiembre, se pueden volver a revisar, aunque de forma más modesta, en diciembre. La segunda, el hecho de que, si no toma medidas, defraudará a los mercados y se producirá un endurecimiento de las condiciones financieras.
Entre las medidas posibles, el foco se ha puesto en dos opciones y todo apunta a que podría optar por una combinación equilibrada de las dos: la ampliación del programa de compra de activos (QE) y una bajada del tipo de la facilidad de depósito. Todo parece indicar que el BCE actuará en su próxima reunión, aunque no está tan clara la combinación final de las medidas.
Al BCE le suele gustar sorprender a los mercados o, al menos, no defraudarlos. Por lo tanto, aunque lo más fácil sería anunciar el alargamiento de las compras junto a una bajada moderada de 10pb, la alternativa está en que el BCE opte por ser más agresivo.
Post-it
Facilidad de depósito. Instrumento a disposición de las entidades de contrapartida que permite a las entidades realizar depósitos a un día en los bancos centrales.
No suelen existir límites para estos depósitos ni otras restricciones a fin de que las entidades puedan gozar de esta facilidad.
El tipo de interés de la facilidad de depósito constituye, normalmente, un límite inferior para el tipo de interés de mercado a un día. El Eurosistema ofrece dos facilidades permanentes: la facilidad marginal de crédito y la facilidad de depósito.