Economia Asia Pacifico

Los contrastes del crecimiento (II): Asia-Pacífico

Análisis, 27 de mayo de 2024

Según las perspectivas económicas adelantadas por el Banco Mundial, los países en desarrollo de Asia oriental y el Pacífico crecen más rápido que el resto del mundo. Ello a pesar de que la recuperación a niveles pre-pandémicos está lejos de ser una realidad y que también la nueva ola de proteccionismo y las tensiones geopolíticas afectan de manera significativa al pulso del crecimiento.

Una sólida demanda interna, la mejora de las exportaciones de semiconductores y la recuperación del turismo actúan como principales motores de un crecimiento que el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) augura fuerte y estable para la mayoría de las economías en desarrollo de Asia este año y el próximo.

Según las previsiones del BAD, las economías en desarrollo de Asia y el Pacífico crecerán de manera sostenida, previsiblemente en torno al 4,9% en 2024. Sus indicadores apuntan a que la confianza de los consumidores está repuntando y, en general, la inversión se sobrepone a los temores. Por otra parte, la demanda externa también crece, especialmente en lo que respecta a los semiconductores empleados en ordenadores, teléfonos móviles, cámaras digitales, televisores, lavadoras, frigoríficos y bombillas LED.

La región que cubre el BAD son todos los países asiáticos y del Pacífico, excepto los de Asia occidental, y son todas naciones en desarrollo con excepción de los ya industrializados Australia, Japón y Nueva Zelanda. Establecido en 1966, el banco es propiedad de 68 Estados miembros, 49 de ellos de la región.

Un importante aporte al crecimiento global

El BAD considera que este año habrá un crecimiento más fuerte en el sur y sureste de Asia, impulsado tanto por la demanda interna como por las exportaciones, y compensando una desaceleración en China causada por la debilidad de su mercado inmobiliario y el consumo moderado.

Se prevé que el crecimiento de China se desacelere hasta 4,8% este año y 4,5% el próximo, desde el 5,2% alcanzado en 2023.

Pero para el conjunto de la región, si se excluye a China, el crecimiento esperado es de 5% este año y 5,3% el próximo.

Se espera que India siga como importante motor de crecimiento en la región, con una expansión de 7% este año y 7,2% el próximo. El suyo es el mayor crecimiento esperado en el sur de Asia, seguido del de Bangladesh (6,1%) y, el año próximo, el de Bután (7%), destino turístico en los Himalayas.

En Asia central, las mayores tasas de crecimiento (6,5%) serán las de Tayikistán y Turkmenistán, al captar inversiones chinas y rusas, y en el sureste destacan Filipinas y Vietnam, ambos con 6% este año y 6,2% el próximo.

En cuanto a la inflación, se espera que se modere en 2024 y 2025, después de haber sido impulsada por el aumento de los precios de los alimentos en muchas economías durante los últimos dos años. Se espera que en los países en desarrollo de Asia y el Pacífico disminuya al 3,2% este año y al 3% el próximo, a medida que las presiones sobre los precios mundiales disminuyan y la política monetaria siga restrictiva en muchas economías. Sin embargo, para la región, excluida China, la inflación sigue siendo más alta que antes de la pandemia de Covid-19.

Según el BAD, el aumento de los costos mundiales de transporte marítimo, debido a los ataques contra barcos en el mar Rojo y la sequía en el Canal de Panamá, también puede contribuir a la inflación en Asia.

Por ello, el BAD considera que los responsables de las políticas deberían permanecer alerta, ya que existen varios riesgos, como interrupciones en la cadena de suministro, incertidumbre sobre la política monetaria estadounidense, los efectos del clima extremo, y la mayor debilidad del mercado inmobiliario en China.

En síntesis, la región de Asia-Pacífico seguirá realizando una importante contribución al crecimiento económico mundial, incluso cuando se enfrenta a un entorno global más complicado e incierto, el envejecimiento de la población y los impactos del cambio climático.

El arroz en la diana

Los precios del arroz han contribuido a una mayor inflación de los alimentos, especialmente en las economías que dependen de las importaciones. Es probable que los precios de ese cereal se mantengan elevados a lo largo de este año.

Las razones incluyen pérdidas de cosechas debido al clima adverso y las restricciones de India a las exportaciones de arroz.

Para hacer frente al aumento de los precios del arroz y proteger la seguridad alimentaria, los gobiernos pueden optar por otorgar subsidios específicos a las poblaciones vulnerables y mejorar la transparencia y el seguimiento del mercado, para evitar la manipulación y el acaparamiento de precios.

A medio y largo plazo, las políticas en este orden apuntan a la creación de reservas estratégicas para estabilizar los precios, promover la agricultura sostenible y la diversificación de cultivos, e invertir en tecnología e infraestructura agrícolas para aumentar la productividad.

La cooperación regional también puede ayudar a gestionar los precios del arroz y su impacto, según el informe.

El arroz es el alimento básico de diecisiete países de la región. La mayor parte del arroz se produce en Asia, donde alrededor del 90% del arroz del mundo se cultiva en 146 millones de hectáreas de tierra, un área del tamaño de Sudáfrica. Por tanto, el arroz es la principal fuente de ingresos para los agricultores de Asia.

Está profundamente relacionado con el patrimonio cultural de numerosas sociedades y es fuente de vida para las mayores poblaciones de la región y del mundo. 

Desafortunadamente, los productores de arroz se encuentran entre los más vulnerables al impacto del cambio climático y el aumento del nivel del mar es una amenaza directa a sus medios de vida.

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