Brexit: un Reino Unido solo, cada vez más dependiente de Estados Unidos y vigilado por China
Análisis, 09 de enero de 2021
El Brexit va más allá de la relación bilateral Reino Unido-Unión Europea. Como miembro de la UE, Reino Unido tenía acceso a unos 40 acuerdos comerciales con más de 70 estados en todo el mundo. En 2018, estos pactos sumaron alrededor del 11 por ciento de todo comercio del país. Actualmente, Londres trabaja para establecer sus propias reglas comerciales con el mundo y ha logrado que 29 de los acuerdos que tenía con 58 países o territorios, como miembro de la UE, fueran renovados y entrarán en vigor desde el 1 de enero de 2021. El último país con el que logró un acuerdo fue con México el pasado 15 de diciembre.
El instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha realizado un análisis de las implicaciones inmediatas de la salida del Reino Unido de la UE. Ya ha publicado las conclusiones que tendrá en el seno de la comunidad europea y en el interior de la propia Gran Bretaña; pero la decisión afecta a la relación de los británicos con el resto del mundo, que entra en un nuevo escenario.
Un tercer análisis sobre esta cuestión concreta señala que, en general, cabe reconocer que sin el poder colectivo de la UE, Reino Unido se mantendrá en gran parte solo, y mucho más dependiente de Estados Unidos cuando negocie con China, Japón, Rusia, India u otros países. Tendrá más autonomía pero será más vulnerable, al menos a corto plazo. Tres grandes economías importan especialmente a Londres: EEUU, China y Japón.
Los muñidores del Brexit invocan desde hace tiempo un acercamiento comercial de Reino Unido con Estados Unidos para compensar el divorcio con la Unión Europea. Y para eso Donald Trump, con su rechazo al multilateralismo y a las instituciones comunitarias, era el socio ideal. Pero a partir del 20 de enero, Reino Unido deberá lidiar con un nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, que prioriza la UE y no comparte el espíritu aislacionista de los "brexiters".
Joe Biden, de origen irlandés y católico, ha advertido al primer ministro británico, Boris Johnson, contra toda acción que ponga en peligro la paz en Irlanda del Norte, especialmente un regreso a una frontera física con Irlanda. Sobre ese punto, Londres logró cerrar un acuerdo con Bruselas incluso antes del acuerdo general, lo que fue interpretado como una señal de la influencia del triunfo electoral de Joe Biden. Un problema en la frontera norirlandesa habría sido absolutamente tóxico para la relación británico-estadounidense, según Jacob Kirkegaard, del centro de análisis estadounidense German Marshall Fund.
El gobierno conservador de Boris Johnson ha subrayado los puntos en los que comparte afinidad con Biden, incluyendo la lucha contra el cambio climático. Sobre Irán también, Londres y Washington deberían estar nuevamente en el mismo bando, tras cuatro años de desavenencias. Los británicos también anunciaron un histórico aumento en el gasto militar, para intentar, según Jacob Kirkegaard, seguir estando al nivel de potencia como socios estratégicos de Estados Unidos, especialmente en medio de las tensiones con China.
El análisis del Instituto Coordenadas señala que Londres ha acelerado planes para sellar un acuerdo comercial con Estados Unidos para compensar el divorcio europeo, pero legisladores demócratas han advertido que la negociación no irá con prisas, y no solo por la necesidad de seguir observando la evolución del asunto norirlandés sino por las dificultades para encajar las diferencias. Joe Biden, por otra parte, ha indicado que no dará prioridad a la firma de nuevos acuerdos comerciales.
China ha seguido con lógica atención el proceso que desembocó en la consulta sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea y la larga secuencia posterior. Cabe señalar que Londres está solo por detrás de Berlín en el 'ranking' de países europeos con mayor volumen comercial con China. Aún así, las exportaciones al Reino Unido suponen un 3% de las exportaciones totales chinas, una cifra no muy elevada. Dos variables cuentan en la importancia tradicional que China otorga a las relaciones bilaterales. De una parte, el papel de la City en la internacionalización del yuan; de otra, su significación en el ámbito de los juegos de influencia en el seno de la UE.
La inmensa mayoría de los analistas chinos consideraban altamente improbable un resultado proclive a la salida de la UE y no pudieron disimular su sorpresa. Beijing, que rara vez opina sobre asuntos internos de otros países, se había decantado abiertamente por la permanencia. Cuando el líder Xi Jinping visitó Londres en 2015, abogó abiertamente por una UE «estable».
Según el análisis que hacen los expertos del Instituto Coordenadas, el triunfo de la opción de salida se evaluó en China como un contratiempo que le obligaría a efectuar ajustes. El entendimiento entre las dos capitales en el orden económico y financiero fue ganando enteros en los últimos años como bien acreditó la decisión británica de sumarse al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras a pesar de las reticencias de Estados Unidos y otras capitales occidentales. La posición favorable de Londres en relación al reconocimiento de China como una economía de mercado o su genérico alineamiento contra el proteccionismo comercial seducían a las autoridades chinas frente a las tesis contrarias sostenidas en otras capitales europeas.
El 'Brexit' afecta a los planes globales chinos, reitera el Instituto Coordenadas. En primer lugar, la imagen de Reino Unido ante China ha evolucionado a la baja. Con la salida de la UE, el status internacional de Londres mengua a ojos del gigante asiático. Aunque el primer ministro Li Keqiang señaló en varias ocasiones que la continuidad estaba garantizada en sus relaciones con Reino Unido y la UE, ambos afrontan la necesidad de replantearse su relación en el nuevo contexto. La cuestión clave es si China mantendrá la importancia atribuida a Gran Bretaña estando fuera de la UE. La posición estratégica de Londres en la Unión, con un pie dentro y otro fuera, era muy atractiva para muchas empresas chinas siempre atentas a explorar las oportunidades que brindaba 'el europeísmo con características británicas'.
En el plano bilateral, con la salida de la UE, Reino Unido afronta como mayor riesgo la pérdida de relevancia ante China. Aunque Londres podría optar por potenciar la relación con Beijing si empeora la atmosfera con los países de la UE, de entrada, todo lleva a pensar que China acelerará la competencia de otras capitales europeas por la gestión de sus negocios en yuanes. El impulso del yuan como moneda global es una de las líneas de acción más importantes de la actual estrategia económica y financiera china. La crisis política en Hong Kong es otro factor distorsionante que complica el entendimiento bilateral.
El gobierno japonés dio la bienvenida al acuerdo de libre comercio post-Brexit finalmente alcanzado entre Reino Unido y la Unión Europea (UE). El ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Toshimitsu Motegi, destacó el hecho de que temas como la introducción de aranceles entre la UE y Reino Unido se hayan evitado, lo que podría haber tenido un grave impacto en la economía internacional.
Tokio, concluye el análisis del Instituto Coordeandas, quiere vigilar de cerca la implementación del acuerdo y seguirá compartiendo información y ofreciendo apoyo a las empresas japonesas con sede en Reino Unido y en Europa continental para que sigan operando sin problemas.
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