La asignatura pendiente de Lidl y la virtud de El Corte Inglés: apoyar al productor local
Análisis, 27 de junio de 2023
Las cadenas de distribución constituyen una parte importantísima en la vida de un país. Por mucha compra online o tienda de cercanía (de barrio) que se produzca hoy, sigue teniendo un enorme peso el gran supermercado, con una concentración del 42% de la venta total sólo entre Mercadona, Carrefour y Lidl, según los últimos datos de Kantar Media. Indiscutiblemente, ofrece unas enormes ventajas al cliente, como la capacidad de surtir de bajos precios y de encontrar todo lo necesario en una única compra. Puede, además, comprobar la mercancía visualmente, cosa que no permite la operativa online.
Las grandes cadenas son también grandes actores en la vida cotidiana de la sociedad y, además, enormes clientes de los productores locales. Acercan al cliente los productos de cercanía y son canales de venta para estos pequeños fabricantes y productores. Por tanto, se erigen en grandes dinamizadores de la economía española. Un operador que no está entre el top 4 por cuota de mercado, El Corte Inglés, ha tenido siempre esta política en el eje de su actividad. Allá donde tienen un centro, dedican prioridad para los productores locales. En general, las demás grandes cadenas también lo procuran, aunque sin dedicar el máximo esfuerzo en este sentido. Mercadona o Carrefour destacan. Sin alardes, pero lo hacen. La menos, Lidl, que opta por la rentabilidad y las sinergias de sus cadenas de producción a dar protagonismo al pequeño productor.
Evidentemente, acercar al pequeño productor a los grandes centros y a los consumidores de su zona no es una tarea fácil para una gran cadena nacional y menos aún si dispone de enormes centros logísticos y una capacidad de distribución totalmente organizada y centralizada. Dicho de otra manera: comprar al pequeño da mucho trabajo y es menos rentable, a pesar de que el cliente no siempre se orienta en función del precio y la proximidad. El origen ‘nacional’ del producto y su carácter ‘lo más natural posible’, también son cuestiones que decantan en gran medida la decisión de compra.
El modelo de proximidad, sin duda, está en auge. El Corte Inglés presume de la mayor red de tiendas de proximidad y conveniencia de España, con muchísima diferencia sobre el resto. Según una encuesta de la publicación especializada Consumidor Global, Carrefour se sitúa a gran distancia, vende 40 productos básicos de proximidad (elaborados en la misma Comunidad Autónoma donde se realiza la encuesta), Mercadona 21, Dia 17 y Lidl sólo 11.
Conviene no confundir proveedor de proximidad con proveedor nacional. El primero está en un radio de menos de 100 kilómetros al punto de venta y tiene un cierto carácter artesanal-natural, que es el que prefieren las nuevas generaciones y las familias con pocos hijos, que son mayoría en España.
Los productores nacionales pueden ser, sin embargo, grandes fabricantes industriales a su vez, con capacidad para surtir marca blanca a las grandes superficies. Pueden ser muy competitivos en precio (más que el productor de proximidad, por supuesto), pero no disponen de la calidad inherente al pequeño fabricante.
Reducción de costes y eficiencia son las máximas de Lidl, en detrimento del pequeño productor. Sin embargo, las buenas cifras presentadas recientemente por El Corte Inglés demuestran que tiene una perfecta salida comercial la política de apostar por lo local.
Sin duda, también favorece la economía española. Capilariza y ofrece posibilidades de empleo, al aumentar los ingresos. Es vital que el pequeño productor no quede fuera de las cadenas de venta. Para ello, los especialistas consideran que sería bueno un esfuerzo por las tres partes: por un lado, los fabricantes y las grandes cadenas, que deben gestionar el precio. Y, por último, el cliente. Reviste una gran importancia que el comprador sea consciente de la bondad de pagar un poco más a cambio de más calidad y del impulso a la pequeña industria de proximidad.
Para Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente del Instituto Coordenadas, especialista en cuestiones de distribución en la UE: “Triangular la interacción entre cadenas de suministro y grandes superficies con los productores locales y los consumidores, es hoy una exigencia de la nueva Sostenibilidad, para reducir la huella de CO2, impulsar la económica regional e incentivar las producciones adaptadas al territorio, construyendo espacios de empatía y buenas prácticas del consumo responsable”.
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