Ada Colau incrementa la presión fiscal en Barcelona y ahoga a vecinos y comerciantes en plena pandemia
Análisis, 14 de septiembre de 2020
En el pasado mes de febrero el consistorio de Barcelona aprobó la entrada en vigor de una nueva tasa de residuos, que ha generado un tremendo malestar entre los vecinos ya que duplica el cobro de dicho impuesto, pues ya se paga una tasa por ese mismo concepto a través del Área Metropolitana de Barcelona. Es un dato más que muestra la enorme presión fiscal que sufren vecinos y comerciantes de la ciudad en plana pandemia y que complica seriamente la recuperación de la vida social y económica de la ciudad.
Es un dato incluido en el análisis de un grupo de expertos convocados por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada para estudiar los efectos que esa presión fiscal promovida por la alcaldesa Ada Colau tiene en el conjunto de la vida en la capital catalana. Ese análisis señala que la nueva tasa que comenzó a aplicarse el pasado mes de julio, se suma a una larga lista de incrementos en políticas fiscales que, al margen de su dudosa legalidad, están castigando a la economía y a los ciudadanos barceloneses en un momento de máxima incertidumbre, donde los indicadores estiman una agudización en la tasa de paro en Barcelona. La ciudad condal aprobó el pasado mes de diciembre un paquete de ordenanzas fiscales que alteraban sustancialmente la tasa de terrazas en hostelería, el alcantarillado o el IBI, situándose entre los municipios españoles con una mayor recaudación.
Según el propio Ayuntamiento, “el conjunto de estos cambios supone un incremento de la recaudación del IBI entre el 2019 y el 2020 del 5,46%, y se recupera así el crecimiento anual de la década anterior (6,5% entre 2008 y 2015)”. El aumento medio del IBI del 5,46%, es superior a otros municipios barceloneses como Terrassa, con una subida del 5%, o de la propia Área Metropolitana de Barcelona como Castelldefels (2,6%) o Cornellà (2,5%). Barcelona se sitúa por encima de la media catalana, solo superado por Sant Cugat del Vallès, con hasta 6.805 euros de cuota íntegra por los 484,3 euros de media en Cataluña, según los datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) y corroborados por los analistas del Instituto Coordenadas.
El IBI en Barcelona supera a otras grandes ciudades españolas, como Zaragoza (con 0,45% de tipo impositivo en el IBI urbano), Sevilla (0,71%), Málaga (0,45 %) o A Coruña (0,6%). Incluso en comparación con otro gigante demográfico y económico como Madrid, los tipos impositivos aplicados (datos de 2018) en el IBI urbano de Barcelona son de un 0,75% por el 0,51% de Madrid, situándose por encima de la media de ayuntamientos de más de 200.000 habitantes (0,64%). Lo mismo ocurre con el IBI rústico, que se sitúa en un 0,73% por el 0,57% de Madrid.
El análisis del Instituto Coordenadas enfatiza que los incrementos en diversos tributos, de carácter regresivo en un contexto de grave situación socio-económica, han puesto entre la espada y la pared no solo a los ciudadanos barceloneses, sino también a los hosteleros y comerciantes. Las nuevas tasas en las terrazas, con subidas de entre el 200% y el 400%, llegándose a incrementar hasta los 700% en determinados puntos, ha llevado a la organización del Gremio de Restauradores a presionar al Consistorio para que reduzca la asfixia fiscal para poder tratar de sobrevivir sin apenas turistas ni actividad en la ciudad.
Los expertos del Instituto Coordenadas indican que el Ayuntamiento de Barcelona debería mostrar una mayor flexibilidad en la aplicación del incremento de impuestos debido a la pandemia. La actual situación es insostenible, añaden esos expertos, que prevén un incremento del malestar vecinal y empresarial que ya se manifiesta en numerosas protestas debido al incremento en el recibo del agua, donde ha sido introducida la nueva tasa de recogida de basuras, duplicando el precio a pagar por los contribuyentes. Un riesgo asociado, señala el Instituto Coordenadas, es que el incremento de la presión fiscal sobre el tratamiento de residuos desincentive todas las iniciativas que impulsan el reciclaje y acabe con todos los esfuerzos por implantar la economía circular.
Jesús Sánchez Lambás, Vicepresidente Ejecutivo del Instituto Coordenadas, señala que “cerca de cumplirse un año de la aprobación de las nuevas ordenanzas fiscales y su reciente aplicación, todo apunta a que el consistorio no dará un paso atrás en su enloquecida escalada del incremento exponencial de impuestos. Es una completa temeridad política, económica y social que va a incrementar la delicada situación económica de las familias, en una posición, si cabe, aún más débil que la propiciada por las circunstancias actuales”.
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