Los puertos son infraestructuras estratégicas claves para la competitividad de nuestro país. Son la puerta de entrada para las importaciones y la puerta de salida de nuestras exportaciones. España es uno de los centros logísticos de referencia en Europa, con una clara vocación marítima tanto enfocada al comercio como por nuestra posición geoestratégica privilegiada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los puertos españoles son un sector estratégico para la economía. Por ellos pasan las importaciones y las exportaciones, moviendo un total de casi 500 millones de toneladas al año. Los puertos aportan un 20% del PIB específico del sector transportes, que suma un 1,1 del PIB total de España. Solo los puertos generan más de 150.000 empleos entre directos e indirectos.  Son, por todo ello, uno de los elementos clave a tener en cuenta desde la Administración para mejorar la competitividad de la economía española. La competitividad es uno de los objetivos esenciales de toda política económica. Este objetivo ha estado muy presente en la hoja de ruta de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, tal y como reconoce su director, Álvaro Nadal, pero todavía queda mucho por hacer.

Aunque el diagnóstico ha sido el correcto, algunas de las medidas adoptadas no han generado los resultados deseados. Y es que una política de mejora de la competitividad que posicione a nuestros productos y servicios en el mercado internacional, debe detectar los campos que la impulsan exponencialmente.

En el sector portuario en concreto, la competitividad también es un factor clave de prosperidad y empleo con una influencia directa sobre nuestra balanza comercial. Con una sobrecapacidad que llega casi al 80% de infraestructuras no utilizadas, España tiene todos los ingredientes necesarios para consolidarse como hub de referencia europeo y global en materia portuaria si se implementan la medias adecuadas.

Algunas referencias: